Cárdenas, Capobiano y Fernández entran al Gabinete. La Presidenta indicó que hará campaña fuera de horario laboral y en fin de semana y que castigará a aquellos que no cumplan las instrucciones. El candidato del MAS fue recibido con una notificación por el Fondo Indígena


Se cumplen dos meses y medio de Gobierno de Jeanine Áñez y parece que haya pasado una eternidad. Cosas pequeñas, cosas grandes, cosas todos los días. Ayer, sin ir más lejos, Áñez ha vuelto a posesionar gabinete ahora que ya no es solo Presidenta de Transición, sino en Ejercicio, y sobre todo candidata, mientras que el MAS escenificó la transición con el recibimiento a Luis Arce Catacora, que ha pasado de ser un exiliado de perfil bajo al sucesor de Evo Morales. Por partes.
Si algo enseñó el MAS en política en estos 14 años es a llevar siempre la iniciativa. Siempre. Cuando la perdió – Caso Zapata, caso Código Penal, caso Pititas -, perdió. El Gobierno de Áñez ha tomado buena nota al respecto y desde el primer día viene imprimiendo un ritmo frenético, lo que necesariamente iba a desembocar en una candidatura que aun así, sorprendió a muchos.
Cuando renunció la ex ministra de Comunicación, Roxana Lizárraga, en medio de cuestionamientos a la candidatura presidencial, Áñez optó por pedir la renuncia de todos y armar un acto de re-posesión. De los 20 ministros, solo tres son nuevos, uno por obligación para reemplazar a Lizárraga; los otros dos para aportar aun más peso político al gabinete. Tal vez no era necesario tanto bombo.

Isabel Fernández es “prensa Unitel”, que toma las riendas del Ministerio más complejo y a la vez más “intervenido”. No es la Ministra de Comunicación la que planea la estrategia política – en este caso a cargo de su secretario privado Erik Foronda -, sino la que la ejecuta, como recordó Áñez en el acto de posesión. Suma entonces una buena periodista a su aparato.
Para los otros dos cargos, Áñez ha optado por dos políticos, eso sí, aptos para el cargo. Aliane Capobianco era diputada y de las convencidas, aunque también es ingeniera agrónoma, por lo que se prevé que técnicamente no tenga problemas en un Ministerio netamente politizado, como el de Desarrollo Rural y Tierras que hasta hace bien poco administraba todo el clan Cocarico, y que tendrá un rol importante para “perforar” los sectores rurales más cercanos a Morales.
El tercero en ser posesionado fue Víctor Hugo Cárdenas, intelectual aymara cuyo pasado político es de sobra conocido: vicepresidente de Goni en los tiempos de la privatización, y que salió del letargo en la última elección abrazado a la lucha “contra la ideología de género” y sobre la sigla de UCS. No le fue bien porque la irrupción de Chi se llevó el voto duro conservador, pero ya ensayó un mensaje que después han explotado Camacho y la propia Áñez con aquello de “Dios volviendo al Palacio”. La cartera de Educación es sensible. Probablemente hace un cambio en la Ley Avelino Siñani. Él mismo lo adelantó, aunque de momento se comprometió a realizar los contactos y consensos. Mucha agenda para un Gobierno de Transición y con el curso escolar a punto de comenzar.