Al mediodía del domingo la presidenta Jeanine Áñez llegó a Tiquipaya. Acompañada de los ministros Arturo Murillo, Yerko Núñez y Aníbal Cruz (de Gobierno, de la Presidencia y de Salud, respectivamente), así como de fuertes medidas de seguridad se dio a la tarea de recorrer una parte de este municipio que, está en emergencia desde el viernes al anochecer.
A cada paso que daba Jeanine se encontraba con un vecino que le pedía ayuda. Unos lo hacían con llanto, otros con bronca, mientras su equipo de seguridad y ministros le ayudaban a abrirse paso o intentaban, con promesas, calmar los ánimos de los pobladores que lo han perdido todo a causa del desborde del río Taquiña y la mazamorra.
No es la primera vez que en temporada de lluvias los habitantes de Tiquipaya, un municipio situado a diez kilómetros de la ciudad de Cochabamba, son tapados por el lodo, piedras y pedazos de rocas que arrastra el río Taquiña desde la parte alta del Parque Nacional Tunari, donde nace.
Cada año es lo mismo, así como las promesas de las autoridades de turno. Áñez reconoció que hay una “asignatura pendiente” en este municipio y también prometió darle una solución definitiva, pero dijo que su Gobierno ha decidido empezar por velar por la vida de los vecinos y luego, por reubicar a los damnificados.
Además, dijo que se ha conformado una comisión, liderada por el ministro Murillo, que será la encargada de buscar soluciones a corto, mediano y largo plazo. En este análisis también se verá la situación de los avasalladores y loteadores que, en palabras de la presidenta, “han destruido” la defensa natural del Taquiña al instalarse ilegalmente en sus riberas.
“Primero daremos curso al agua, luego vendrá la ayuda a los damnificados”, dijo Jeanine en la conferencia de prensa. ¿En qué consiste darle curso al agua? El afluente ha arrastrado piedras, rocas y escombro que han cubierto su cauce natural y de no retirarlo, en la siguiente lluvia nuevamente se puede registrar un desborde.
Para estos trabajos se ha desplazado, tanto el gobierno central como el departamental y minicipal, medio centenar de unidades de maquinaria pesada. Hay, dijo Áñez, unos 400 policías, militares, voluntarios y funcionarios trabajando en la zona de emergencia.
El desborde del río Taquiña y la mazamorra han dejado damnificadas a 95 familias, que hacen un total de 320 personas y han sido evacuadas a tres albergues temporales. Esta noche será la segunda que dormirán fuera de casa.