Unos 33 grupos de virus antiguos han sido identificados en núcleos de hielo de hace 15 000 años extraídos de un glaciar de Guliya, al noroeste del Tibet (China). Según los científicos, 28 de estos tipos son desconocidos por la ciencia moderna.


Los científicos, que publicaron su hallazgo en bioRxiv, estiman que estos y otros virus mortales podrían reactivarse a medida que el calentamiento global hace que se derritan los glaciares.

En 1992, un equipo de investigadores recolectó muestras de núcleos de hielo tras perforar 50 metros de un glaciar en la meseta tibetana; calcularon que el hielo tenía aproximadamente 15.000 años de antigüedad. Algunas de las muestras se guardaron en frío (-5 C°) para su posterior estudio. Luego, en 2015, otro equipo recolectó muestras de núcleos de hielo del mismo glaciar; también se mantuvieron congelados para su posterior revisión.

Ahora, los investigadores de la Universidad Estatal de Ohio y el Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley llevaron a cabo una parte de las pruebas planificadas para los núcleos de hielo, observando qué tipo de organismos podrían quedar atrapados en ellos.

Los expertos tuvieron que tener especial cuidado para eliminar cualquier contaminación que hubiera ocurrido durante la extracción inicial y asegurarse de que no introdujeran ningún contaminante propio. Por ello, aplicaron un protocolo de descontaminación de ADN bateriano, viral y libre.

Para garantizar una muestra prístina, los científicos, trabajando en un congelador, primero cortaron parte de la capa externa de cada muestra central. Luego, cada una de las muestras fue lavada con etanol para fundir aproximadamente medio centímetro de hielo.

Cada uno se lavó nuevamente con agua estéril para derretir otro tanto. Las muestras que quedaron se consideraron prístinas y listas para el estudio.

Una mirada cercana a los núcleos de hielo recién limpiados reveló la presencia de los 33 grupos de géneros de virus, de los cuáles 28 era desconocidos por la ciencia. Sus antigüedades van desde los 520 a los 15 000 años.

Los investigadores notaron que los virus que encontraron en los núcleos de los dos sitios diferían entre sí, probablemente porque representaban diferentes puntos en el tiempo y, por lo tanto, diferencias en el clima.