La exministra de Salud, Gabriela Montaño, negó su vinculación con el caso de la compra con presunto sobreprecio de 170 respiradores españoles y señaló que el Gobierno pretende tapar la corrupción involucrándola.
Montaño señaló que «justo cuando Jeanine Áñez necesita tapar ante el país el hecho más perverso de corrupción, Arturo Murillo hace un anuncio que pretende involucrarme», manifestó en Twitter.
Montaño también cuestionó que el embajador boliviano de Ciencia y Tecnología, Mohammed Mostajo, no declare por la compra.
Por su parte, el diputado de Unidad Demócrata (UD), Tomás Monasterio, dijo hoy que las conversaciones entre el exdirector jurídico del Ministerio de Salud, Fernando Valenzuela, y Montaño revelan una manipulación vinculada al MAS en la adquisición de los respiradores.
«Dejé en claro que existía una mano oscura, vinculada al MAS en relación al hecho de la compra irregular de estos respiradores. Hoy cuando ha salido el peritaje forense e informático del seguimiento que se ha hecho, en relación a las comunicaciones entre el señor Fernando Valenzuela y la señora Gabriela Montaño, hace entender muy bien que esa mano corrupta del MAS ha seguido operando en esta gestión lo cual es lamentable», expresó el asambleísta.
La Fuerza de Lucha Contra el Crimen (Felcc) señaló que Valenzuela mantuvo contacto con Montaño vía WhatsApp.
Valenzuela, en su momento, trabajó junto con Montaño en el Ministerio de Salud.
Los respiradores se cotizaron en Bolivia con el representante de los equipos GPAInnova en 12.500 dólares la unidad; pero se compraron en España en casi 28 mil con un crédito del BID, según la cotización No. 05/2020 del proponente, Grupo Cosin.
El Gobierno pagó 2.028.780 de dólares de los 4.773.600 que cuestan los 170 respiradores y ordenó suspender el pago del saldo restante mientras se investiga el caso. La empresa IME Consulting fue la intermediaria en la compra.