“Los jóvenes han sido los únicos capaces de adaptarse y aprovechar los avances tecnológicos que hemos tenido y los cambios en las formas de producir”.


La afirmación corresponde al economista Gabriel Espinoza, quien dijo que la pandemia del coronavirus ha puesto a prueba al emprendedurismo en Bolivia. Esa preocupación también es generalizada en los jóvenes emprendedores que antes de la emergencia sanitaria comenzaron a encaminar sus propios proyectos y hoy se ven obligados a ajustarlos o cancelarlos.

“Cuando hablamos de los jóvenes y sus nuevos emprendimientos, en Bolivia por ejemplo, hemos tenido una explosión en el tema de la gastronomía, pero no relacionada a un consumo de comida chatarra, sino más bien innovando y recuperando alimentos de consumo tradicional y vinculándose a través de plataformas electrónicas en vitrinas internacionales”, explicó Espinoza en entrevista con Anf.

También sirvió para vincularse entre diferentes segmentos y sectores, como hoteles con restaurantes y a la par con operadores de turismo.

“Hubo también innovaciones y un despegue importante en el tema de software, testeo y algo de robótica. Pero no solamente los nuevos emprendedores han estado enfocados en estos esquemas, sino que han utilizado la tecnología para promocionarse y venderse de mejor manera al mundo, y lograr vinculaciones para rentabilizar sus proyectos que con otros enfoques tradicionales no habrían sido viables”.

Sin embargo, al ser emprendimientos pequeños los que impulsan los jóvenes, también son más vulnerables, tanto desde el punto de vista financiero como desde el punto de vista técnico.