En la recta final de su gestión, el alcalde José María Leyes busca adjudicar por los próximos 20 años una planta procesadora de basura “con tecnología limpia”, para reducir al mínimo los desechos no reciclables, explicó el secretario de Desarrollo Sustentable, Guillermo Zambrana.


Paralelamente y a raíz de los cinco conflictos en el botadero de K’ara K’ara, el Consejo Metropolitano busca impulsar el establecimiento de una empresa de residuos sólidos que posibilite encontrar una solución al problema de la basura en toda la región Kanata.

Sin embargo, en la sesión del Consejo participaron los alcaldes de Quillacollo, Colcapirhua, Sipe Sipe, Vinto, Tiquipaya y Sacaba junto a la gobernadora Esther Soria. No asistió Leyes, lo cual fue cuestionado por el expresidente de la Cámara de Construcción y representante de la organización “Vamos por Cochabamba”, Jaime Ponce.

“Dándole la figura de emergencia, por el conflicto de K’ara K’ara están queriendo invitar a una empresa que creemos que ya la tienen elegida para adjudicar este proyecto. Vemos que aquí se está queriendo forzar”, denunció Ponce, que hace un seguimiento con su agrupación “Vamos Cochabamba”.

Añadió: “Si hay esta resolución del Consejo Metropolitano (para impulsar el proyecto a nivel de toda la región Kanata), se debe parar estas invitaciones directas”.

La primera convocatoria se declaró desierta, porque ninguna de las empresas cumplió con los requisitos, de las 16 empresas invitadas por la Alcaldía se presentaron tres: Sustentare Saneamiento, de Brasil; Tratamientos Especializados de Residuos Sólidos y Servicios Ambientales (Tersa), implicada en el deslizamiento del botadero de La Paz, y Trimex Bolivia, que en 2018 ofreció instalar plantas en Quillacollo y Punata.

El secretario de Desarrollo Sustentable explicó que el precio referencial bajó de 208 bolivianos por tonelada de basura de la ciudad a 195 bolivianos para este proceso de adjudicación.

 “Hemos hecho un reajuste en el precio referencial a 195 bolivianos que incluye todas las actividades que se debe hacer en el sitio de disposición final. El tratamiento y disposición final de la basura, cierre técnico, mantenimiento, pos cierre y manejo de lixiviados”.

Zambrana añadió: “Colina tiene un contrato por 185 bolivianos y esta diferencia de 10 bolivianos incluye las inversiones más complejas que hará la empresa, por ejemplo, tiene que tener dos estaciones de transferencia, un rotoclave para tratamiento de residuos sólidos hospitalarios, planta de compostaje, planta de separación, planta de manejo de lixiviados, si amerita”.