El sector gremial señala que la falta de empleo ha orillado a centenares de familias a dedicarse al comercio de prendería usada. Cuestionan que autoridades no realicen operativos de control


La venta de ropa usada se ha proliferado en Tarija, por ende, crecieron las ferias que se realizan a lo largo de la semana en distintos barrios, así como las “boutiques de ropa seminueva” en el centro de la ciudad, dejando en evidencia la falta de controles por parte de las autoridades competentes. El sector gremial reconoce que ha incrementado esta actividad y lo atribuye a la falta de empleo.

En la ciudad de Tarija son varias las ferias de ropa usada que se desarrollan a lo largo de la semana, incluso tienen un día de semana asignado, por ejemplo, inicia el martes en el barrio Senac; el miércoles en el barrio Avaroa; jueves en San Bernardo; viernes en Fátima; y domingo en La Gamoneda y el Mercado Campesino.

La legislación boliviana prohíbe la importación y venta de la ropa usada por sus efectos en la salud y en la industria manufacturera nacional. Es el Decreto Supremo 28761, aprobado en abril de 2008, el que tácitamente señala que esta importación está prohibida.

El hecho de ser un negocio lucrativo, al que se le atribuye el movimiento de al menos 3 mil millones de dólares anuales, hace que este se mantenga en vigencia.

La falta de empleo

El ejecutivo de la Federación Departamental de Trabajadores Gremiales de Tarija, Enoc Ocampo, reconoció que hubo un crecimiento en el comercio de prendas a medio uso, detalló que muchos de estos vendedores pertenecen a la organización gremial, pero hay varias personas particulares que también se han dedicado a esta actividad. Atribuyó todo este fenómeno a la falta de fuentes de empleo formal en el departamento.

Ocampo mencionó que a partir de la pandemia del Covid-19, es que se ha incrementado los negocios de ropa usada.

“Lastimosamente a la fecha las autoridades no están haciendo nada. Hacemos un llamado a la Intendencia, Defensa del Consumidor, Sedes, y otras autoridades indicadas, que no están trabajando en este aspecto. Pese a que nosotros tenemos gente que vende ropa usada, me animo a decir que somos menos que las personas particulares que se dedican a esto, es posible que solo el 20% esté registrado en nuestra organización”, apuntó.

El dirigente gremial detalló que con los comerciantes afiliados al sector gremial, buscan acatar las medidas de ordenamiento que dispone el Gobierno Municipal. Sin embargo, manifestó que de un tiempo a esta parte han podido advertir “invasión” de calles y avenidas por parte de personas particulares que hacen que los mismos gremiales se desordenen de sus sitios asignados, a fin de poder ofrecer sus productos ante una competencia desleal.

Los conflictos

Desde el Gobierno Municipal de Tarija señalan que las veces que han procedido con operativos de control en coordinación con otras instituciones, como Defensa del Consumidor y el Sedes, siempre han encontrado resistencia por parte de los comerciantes, además que esto representa un conflicto social.

Pese a ello, aseguran que se han ejecutado controles en diferentes ferias. No descartaron que se proceda con operativos sorpresa. La titular de la Intendencia Municipal, Shirley Miranda, detalló que se está coordinando con otras instancias competentes.

En lo que respecta a los operativos de control sanitario, El País buscó conocer con la Unidad de Salud Ambiental del Sedes las acciones que se están asumiendo, empero, no se encontró a la responsable del área, ni tampoco se pudo establecer contacto. La preocupación pasa porque se ofrecen prendas deterioradas, ropa interior y hasta ropa de gimnasia, lo que significa un riesgo para la salud.

Piden legalizar este rubro comercial
Comerciantes de ropa usada dieron un plazo de cinco días, a partir del 15 de mayo, para que el Gobierno legalice la venta de ropa usada en todo el país. Caso contrario, advierten con medidas de presión en todos los departamentos, según confirmó el ejecutivo del Sindicato de Ropa y Prendería a Medio Uso, Reynaldo Quispe.

Según el Ministerio de Salud y Deportes, la ropa de segundo uso puede ocasionar alergias, irritación, enrojecimiento, erupción cutánea y hongos en la piel. La mercadería ilegal es desechada como basura desde otros países.