Un adolescente de 17 años se encuentra en el ojo del huracán legal después de haber fingido su propio secuestro, un acto que podría resultar en cargos por simulación de delito. El ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo, informó sobre el incidente y destacó la importancia de denunciar y afrontar este tipo de acciones que no solo son delictivas, sino que también consumen recursos valiosos de la policía.
La historia comenzó cuando el padre del adolescente, identificado con las iniciales L.F.M.A, presentó una denuncia el pasado lunes alegando que su hijo había sido secuestrado por un grupo de cuatro individuos encapuchados a bordo de una camioneta roja. La denuncia activó una respuesta inmediata por parte de las autoridades, quienes movilizaron a personal policial hacia la urbanización Cotoca en Santa Cruz para investigar el supuesto secuestro.
Sin embargo, las pesquisas llevadas a cabo por la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc) condujeron a un giro inesperado en la historia. Después de una investigación minuciosa, las autoridades encontraron al adolescente regresando a su hogar, lo que contradecía la versión de su secuestro.
Según declaraciones del ministro Del Castillo, durante el interrogatorio en las instancias policiales, el adolescente admitió que no había ocurrido ningún secuestro. Esta confesión llevó a la apertura de un caso por simulación de delito, un acto que, según Del Castillo, no solo constituye una infracción legal, sino que también representa una carga para los efectivos policiales y puede socavar los esfuerzos de las fuerzas del orden en su lucha contra el crimen en el país.
La simulación de delito es un asunto serio que puede tener consecuencias legales significativas para aquellos que intentan engañar a las autoridades y malgastar recursos en investigaciones infundadas. El incidente sirve como recordatorio de la importancia de la responsabilidad ciudadana y la colaboración en la lucha contra el crimen, evitando que los recursos se desvíen hacia situaciones falsas mientras se enfrentan a los desafíos reales de seguridad y orden público.