Bolivia se encuentra enfrentando un desafiante panorama climático debido a la presencia simultánea de los fenómenos de La Niña y El Niño. Como consecuencia de esta situación, las regiones de Chuquisaca, Tarija, Potosí, Oruro, el sur de La Paz y Cochabamba están siendo azotadas por una fuerte sequía. Según pronósticos del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi), se espera que esta situación se prolongue hasta noviembre de este año.


Lucía Walter, jefa de Pronósticos Hidrológicos del Senamhi, explicó que esta sequía es el resultado de una distorsión causada por la duración inusualmente prolongada del fenómeno de La Niña, que ya se ha extendido durante tres años consecutivos. Durante una situación normal de La Niña, las temperaturas del Océano Pacífico son bajas, lo que provoca precipitaciones en el altiplano y condiciones secas en la región amazónica. Sin embargo, en esta ocasión, el fenómeno de La Niña ha desencadenado una sequía generalizada en todo el país.

La falta de precipitaciones y el déficit de agua en el suelo han llevado al agotamiento de las fuentes de agua. Además, se han evaporado los reservorios naturales de agua que normalmente se abastecen durante la época de lluvias.

Por otro lado, el fenómeno de El Niño, vigente desde marzo de este año y que se espera que dure hasta el mismo mes del 2024, ha ocasionado temperaturas cálidas, lo que podría provocar una mayor precipitación. La especialista no descarta que a partir de enero y aproximadamente hasta febrero del próximo año, se presenten inundaciones como consecuencia de este fenómeno.

Ante esta situación crítica, Lucía Walter enfatizó la importancia de la reforestación a nivel nacional, especialmente en el altiplano, que actualmente se encuentra árido y sufre los estragos de la sequía con un alto déficit de agua en el suelo. La reforestación ayudaría a mitigar los efectos de la sequía y contribuiría a la recuperación de los recursos hídricos a nivel subterráneo.

La sequía prolongada representa un reto significativo para las autoridades y la población en general, quienes deben tomar medidas urgentes para enfrentar y adaptarse a los desafíos que presenta el cambio climático y sus efectos en el país.