Un equipo de investigadores de diversas disciplinas ha propuesto una nueva ley universal de la evolución que podría explicar cómo los sistemas complejos, desde estrellas y planetas hasta organismos vivos, evolucionan de lo simple a lo complejo.
La ley, denominada «ley de información funcional creciente», sugiere que la evolución, en todas sus manifestaciones, conduce inevitablemente a la generación de patrones, diversidad y complejidad en los sistemas naturales.
«El Universo genera nuevas combinaciones de átomos, moléculas, células y mucho más», explica el primer autor del estudio, el astrobiólogo Michael Wong del Carnegie Institution for Science en Washington, DC. «La evolución no se limita a la biosfera de la Tierra, sino que se manifiesta en sistemas extremadamente complejos, como nuestro Sistema Solar, las estrellas, átomos y minerales».
En esencia, las combinaciones estables que tienen el potencial de engendrar innovaciones continúan evolucionando. Este fenómeno, que hace de la vida un ejemplo extraordinario de evolución, se encuentra en todas partes en el Universo.
El equipo de Wong utilizó un enfoque multidisciplinario para estudiar la evolución en sistemas naturales. Examinaron la evolución de las estrellas, los planetas, los átomos, los minerales y la vida. En todos estos sistemas, encontraron evidencia de la ley de información funcional creciente.
Por ejemplo, el hidrógeno y el helio se fusionaron durante el Big Bang para dar origen a las primeras estrellas. Cuando una estrella llega al final de su ciclo de vida, puede generar más de 100 elementos diferentes, que se desglosan en alrededor de 2000 variedades de isótopos.
En la Tierra, se ha desarrollado una vasta diversidad de «especies» minerales a partir de simples inicios, desde la formación de la Tierra hace entre 4.550 y 2.500 millones de años. En la actualidad, se conocen más de 5.900 especies minerales en la Tierra, y estas han adquirido complejidad química a medida que las primeras formas de vida liberaron oxígeno en la atmósfera.
La interacción del hierro con minerales ricos en oxígeno marcó el inicio de una nueva era en la historia de la vida en nuestro planeta y sentó las bases para nuestra propia evolución. La complejidad de la mineralogía de la superficie de la Tierra creció aún más a medida que la vida evolucionó de organismos unicelulares a multicelulares y se formaron ecosistemas.
Los sistemas biológicos y minerales interactúan continuamente para influir mutuamente en la diversidad, y la vida tal como la conocemos es el resultado de esta interacción.
La ley de información funcional creciente es un concepto novedoso que tiene el potencial de revolucionar nuestra comprensión de la evolución. Si se confirma, podría ayudarnos a comprender mejor cómo los sistemas complejos evolucionan y cómo podemos predecir su futuro.
Reacciones
La ley de información funcional creciente ha sido recibida con entusiasmo por la comunidad científica. Algunos expertos creen que podría ser un avance importante en nuestro conocimiento de la evolución.
«Esta es una idea realmente emocionante», afirma el astrobiólogo Avi Loeb de la Universidad de Harvard. «Proporciona un marco unificado para comprender la evolución en todos sus niveles, desde el cosmos hasta la vida».
Otros expertos son más cautelosos. Señalan que la ley aún necesita ser confirmada por más investigación.
«Es una idea interesante», afirma el biólogo evolutivo Richard Dawkins de la Universidad de Oxford. «Pero todavía es demasiado pronto para decir si es correcta».
A pesar de las dudas, la ley de información funcional creciente es un concepto prometedor que podría tener un gran impacto en nuestra comprensión de la evolución.