En el reino animal, las estrategias de apareamiento presentan una diversidad tan amplia como las propias especies. Un estudio reciente publicado en Royal Society Open Science ha revelado una táctica fascinante e inesperada empleada por las ranas hembra: simular su propia muerte.


Las ranas comunes europeas (Rana temporaria) son reproductoras explosivas, lo que significa que se congregan en grandes cantidades durante un breve período cada primavera para aparearse. Esto da lugar a la formación de «bolas de apareamiento», donde varios machos, a veces hasta seis, compiten simultáneamente por una sola hembra.

En este entorno competitivo, las hembras están expuestas a una serie de riesgos, como el ahogamiento, el daño físico y la transmisión de enfermedades. Para protegerse, han desarrollado una serie de comportamientos de evitación.

Un estudio realizado por la ecologista Carolin Dittrich y el herpetólogo Mark-Oliver Rödel del Instituto Leibniz para la Evolución y la Ciencia de la Biodiversidad en Alemania, ha revelado que las hembras de rana común europea pueden simular su propia muerte para evitar aparearse con machos no deseados.

Los investigadores observaron que las hembras que adoptaban esta táctica, conocida como inmovilidad tónica, eran más propensas a liberarse de los machos que las que resistían físicamente. Además, las hembras más pequeñas eran más propensas a emplear esta estrategia.

El estudio sugiere que la inmovilidad tónica es una forma efectiva para que las hembras de rana común europea eviten aparearse con machos no deseados. Este comportamiento es particularmente importante para las hembras más pequeñas, que son más vulnerables a los machos agresivos.