El agujero negro supermasivo en el centro de la Vía Láctea, Sagitario A*, presenta un comportamiento peculiar. A diferencia de sus homólogos más activos, Sgr A* está relativamente tranquilo, sin consumir cantidades masivas de material ni expulsar colosales chorros de plasma.


Sin embargo, un reciente estudio de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), disponible en Arxiv, desafía esta aparente calma. Los astrofísicos Gustavo Magallanes-Guijón y Sergio Mendoza de la UNAM han descubierto un comportamiento intrigante y novedoso: Sgr A* parece estar pulsando.

Cada 76 minutos, Sgr A* exhibe una fluctuación rítmica en su flujo de rayos gamma, reflejando cambios observados en sus emisiones de radio y rayos X. Esto sugiere la presencia de un objeto en rápido movimiento orbital alrededor del agujero negro.

Pulsaciones

Los agujeros negros, sombras invisibles en el cosmos por su falta de radiación detectable, generan procesos dinámicos en el espacio circundante. Este entorno produce emisiones de luz en varias longitudes de onda debido al intenso campo gravitacional justo fuera del horizonte de sucesos.

Para Sagitario A*, esta luz varía significativamente con el tiempo. Se han discernido patrones en algunas longitudes de onda; por ejemplo, las ondas de radio de la región muestran fluctuaciones aproximadamente cada 70 minutos.

En contraste, un estudio de 2017 reveló una periodicidad de 149 minutos en las llamaradas de rayos X, casi el doble del período de fluctuación de radio y ahora de rayos gamma.

La radiación gamma no se vinculó con confianza con Sgr A* hasta 2021. Magallanes-Guijón y Mendoza, al profundizar en los datos del Telescopio Espacial de Rayos Gamma Fermi, identificaron un patrón consistente. Cada 76,32 minutos, Sgr A* emite una ráfaga de radiación gamma, la forma más energética de luz en el universo.

Doble periodicidad

La similitud en la periodicidad de las llamaradas de radio, rayos X y rayos gamma sugiere una causa subyacente compartida. La doble periodicidad de la llamarada de rayos X en comparación con las llamaradas de rayos gamma y de radio implica que se trataría de un armónico de estas últimas.

Dado que los agujeros negros no emiten radiación por sí mismos, este patrón regular y rítmico probablemente apunta hacia un movimiento orbital. Un estudio reciente, llevado a cabo en 2022, propuso que la causa de estas fluctuaciones es una masa de gas caliente, vinculada por un intenso campo magnético, que orbita alrededor de Sgr A*.

Esta masa gaseosa, sometida a una aceleración sincrotrón, emite radiación. Su órbita es similar en distancia a la de Mercurio respecto al Sol, aunque su velocidad es asombrosa: alcanza alrededor del 30% de la velocidad de la luz, completando una órbita en un intervalo de tiempo de unos 70 a 80 minutos.

Los descubrimientos de Magallanes-Guijón y Mendoza respaldan esta teoría. Sugieren que esta burbuja gaseosa emite en múltiples longitudes de onda, generando llamaradas energéticas a medida que orbita y mostrando una radiación más intensa en ondas de radio conforme se enfría. El hallazgo de llamaradas de rayos gamma fortalece aún más este modelo.

Misterios por resolver

A pesar de esto, subsisten enigmas por resolver. Los agujeros negros, incluido Sgr A*, son estructuras complejas y difíciles de estudiar. Es crucial realizar más observaciones en distintas longitudes de onda para desentrañar los misterios que envuelven el enigmático centro de nuestra galaxia.

Los autores del estudio señalan que, si se confirma la presencia de esta burbuja gaseosa, podría tener importantes implicaciones para nuestra comprensión de los agujeros negros. Por ejemplo, podría ayudarnos a comprender cómo se forman y evolucionan los agujeros negros supermasivos, así como su interacción con el medio interestelar.