Un equipo de científicos ha confirmado la existencia de auroras infrarrojas en Urano, un hallazgo que podría ayudar a desentrañar los misterios del planeta y su campo magnético.


Las auroras se producen cuando las partículas cargadas del viento solar chocan con la atmósfera de un planeta. En el caso de Urano, las partículas cargadas son protones y electrones, que son acelerados por el campo magnético del planeta.

Las auroras infrarrojas son invisibles para el ojo humano, pero pueden ser detectadas por telescopios infrarrojos. En este caso, los científicos utilizaron el instrumento NIRSPEC (Near Infrared SPECtrograph) en el Observatorio Keck para observar Urano en 2006.

El análisis de las imágenes reveló signos de hidrógeno triatómico ionizado (H3+), cuya intensidad de brillo varía con la temperatura. La densidad del H3+ aumentó en las regiones polares de Urano, lo que sugiere que se estaban produciendo auroras infrarrojas.

Este descubrimiento es importante porque podría ayudar a explicar por qué Urano es más cálido de lo que se esperaba, dado su gran distancia al Sol. Una teoría es que las auroras infrarrojas calientan la atmósfera del planeta.

Además, el descubrimiento podría ayudar a los científicos a comprender mejor los campos magnéticos de los planetas gigantes gaseosos. El campo magnético de Urano es inusualmente inclinado, lo que podría estar relacionado con las auroras infrarrojas.