En una escena macabra, el pasado lunes 27 de noviembre, la División de Homicidios y Personas de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) se movilizó para investigar el descubrimiento de un cadáver en una quebrada cercana. Al llegar, se encontraron con el cuerpo de un individuo que, al parecer, estaba siendo devorado por cerdos.
Sin documentos de identidad y en calidad de «no identificado», el cadáver fue trasladado a la morgue local.
Los forenses, tras realizar un examen médico, revelaron que la causa de la muerte fue un traumatismo encefalocraneal cerrado, junto con múltiples lesiones en el cuerpo. La data de la muerte indicaba que no habían pasado más de 72 horas desde el fatal incidente.
Sorprendentemente, el fallecido resultó ser un estudiante de 25 años de la Universidad San Francisco Javier de Chuquisaca.
Aunque inicialmente no se sospecha de un acto delictivo, la División de Inteligencia de la FELCC y el grupo DACI procedieron con entrevistas a vecinos.