Como consecuencia, las hermanas desconocieron al actual Sumo Pontífice y anunciaron que estarán bajo la tutela de un controversial obispo excomulgado y líder de la Pía Unión Sancti Pauli Apostoli.


Dieciséis monjas clarisas protestan contra lo que denominan una “persecución” por parte de la Iglesia Católica, tras un conflicto generado por la venta de un convento en Derio, provincia de Vizcaya. La comunidad religiosa, conocida por sus exquisitos dulces de chocolate, se ha visto envuelta en una disputa divina que ha escalado a niveles de cisma.

Ante la negativa de Roma, las hermanas propusieron que un tercero adquiriese el monasterio de Vitoria y luego se lo cediera una vez pudieran devolver el dinero. Sin embargo, esta alternativa fue rechazada por la Diócesis, que terminó por rescindir el contrato de compraventa.

La situación se tornó más tensa cuando el arzobispo de Burgos recibió un comunicado informando que las monjas abandonarían la Iglesia Católica para unirse a la Pía Unión Sancti Pauli Apostoli, lo que llevó a la orden de suspender las misas en el monasterio de Burgos.