Los ojos no son la ventana del alma, pero sí del sistema nervioso central. Un nuevo estudio, publicado en la revista Nature Medicine, ha encontrado que los escáneres oculares tridimensionales pueden detectar signos de la enfermedad de Parkinson hasta siete años antes de que aparezcan los síntomas.


El estudio, dirigido por el oftalmólogo Siegfried Wagner del Moorfields Eye Hospital, comparó los escáneres oculares de 154.830 pacientes de 40 años o más. De este conjunto, las 700 personas con diagnóstico de Parkinson presentaron una pequeña pero significativa diferencia en el aspecto de sus retinas.

Los escáneres oculares exhibieron un adelgazamiento en la capa de células ganglionares internas, un tipo de neurona responsable de transmitir información visual a través de la dopamina. La dopamina es un neurotransmisor que juega un papel importante en el movimiento, y su deficiencia está relacionada con el Parkinson.

Los investigadores también encontraron que este adelgazamiento en la capa ganglionar interna puede aparecer en las primeras etapas del Parkinson, incluso antes de que se manifiesten los síntomas clínicos.

Estos hallazgos refuerzan informes anteriores sobre el adelgazamiento de los ganglios en personas con Parkinson y aportan más respaldo a la noción de que es posible encontrar en los ojos algunos de los primeros indicios externos de la enfermedad.

Hoy en día, una de las dificultades principales en el diagnóstico y tratamiento de la enfermedad de Parkinson radica en que los síntomas tienden a quedarse rezagados con respecto a su patología subyacente. Detectar las etapas iniciales a través del ojo podría revolucionar tanto la manera en que los médicos abordan el tratamiento como la forma en que se estudia la enfermedad.

Significado de los hallazgos

Los hallazgos del estudio son importantes porque podrían conducir a nuevos métodos de diagnóstico y tratamiento de la enfermedad de Parkinson.

El diagnóstico temprano de la enfermedad de Parkinson podría ayudar a los médicos a iniciar el tratamiento antes, lo que podría retrasar la progresión de los síntomas. También podría ayudar a los médicos a identificar a las personas que tienen un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad, lo que permitiría realizar un seguimiento y tomar medidas preventivas.