Un estudio publicado en la revista Nature Neuroscience ha revelado que los adolescentes que fuman presentan una disminución de la materia gris en dos regiones cerebrales clave: la corteza prefrontal ventromedial izquierda y la corteza prefrontal ventromedial derecha.


Estas regiones del cerebro desempeñan un papel crucial en la regulación emocional, la toma de decisiones y el autocontrol. La reducción de materia gris en ellas podría explicar en parte por qué los adolescentes que fuman son más propensos a experimentar problemas de adicción y autocontrol.

El estudio, realizado por un equipo de investigadores de la Universidad de Cambridge, analizó imágenes de resonancia magnética cerebral de más de 800 personas, recolectadas en el Reino Unido, Alemania, Francia e Irlanda. Los participantes completaron también cuestionarios que exploraban rasgos de personalidad.

Los resultados indicaron que los individuos que comenzaron a fumar desde los 14 años presentaban una disminución de la materia gris en la corteza prefrontal ventromedial izquierda. Esta región cerebral se encarga de regular las emociones y los impulsos, así como de la toma de decisiones.

Los escáneres realizados cinco años después revelaron una reducción similar en la corteza prefrontal ventromedial derecha en el grupo de fumadores en comparación con los no fumadores. Esta área, al igual que su contraparte izquierda, ha sido vinculada con la sensación de placer.

«La corteza prefrontal ventromedial es una región clave para la dopamina, la sustancia química del placer del cerebro», explica la psiquiatra de Cambridge Barbara Sahakian. «Además de desempeñar un papel en las experiencias gratificantes, durante mucho tiempo se ha creído que la dopamina influye en el autocontrol».

Los participantes que evidenciaron una mayor tendencia hacia la búsqueda de sensaciones tenían más probabilidades de experimentar una disminución de materia cerebral en el lado derecho de la corteza prefrontal ventromedial. Por otro lado, centrarse en la búsqueda de novedades se asoció con una menor presencia de materia gris en el lado izquierdo. Estos patrones conducen a una menor inhibición y una mayor disposición a asumir riesgos, comportamientos que, a su vez, aumentan la probabilidad de iniciar el hábito de fumar en adolescentes.

Según Jia, «Los fumadores experimentan una pérdida excesiva de materia gris en los lóbulos frontales derechos, lo que está relacionado con conductas que refuerzan el consumo de sustancias. Esta observación podría proporcionar una explicación causal sobre cómo se origina el hábito de fumar en los jóvenes y cómo este evoluciona hacia la dependencia».

En la actualidad, Jia y su equipo se encuentran interesados en determinar si sus conclusiones se aplican también al hábito de vapear.