Un equipo internacional de científicos ha descubierto indicios de la presencia de Theia, un objeto del tamaño de Marte que chocó con la Tierra hace unos 4.500 millones de años, dentro del manto terrestre.


Los hallazgos, publicados en la revista Nature, sugieren que el impacto gigante introdujo heterogeneidad en el manto primitivo, desafiando así la creencia previa de que llevó a la homogeneización de la Tierra.

La evidencia de los restos de Theia en la Tierra se encuentra muy por debajo de la superficie. A estas densas regiones se les conoce como grandes provincias de baja velocidad de corte (LLVP por sus siglas en inglés).

Las LLVP están ubicadas en el límite entre el núcleo y el manto, aproximadamente a 2.900 kilómetros de profundidad. Los datos sísmicos, obtenidos de la forma en que las ondas sísmicas viajan a través de la Tierra durante los terremotos, han permitido a los científicos mapear estas regiones.

Teorías previas sugerían que las LLVP eran resultado de procesos internos terrestres, como fragmentos de antiguas placas tectónicas o áreas con temperaturas elevadas. No obstante, el estudio reciente plantea que los restos de Theia podrían haber contribuido a su formación.

Los autores realizaron simulaciones por computadora del impacto de Theia y encontraron que podrían haberse hundido fragmentos de este cuerpo hasta el límite entre el núcleo y el manto, acumulándose con el tiempo hasta formar las LLVP.

Las simulaciones también revelaron que el manto de la Tierra experimentó estratificación después del impacto. El material de la Tierra y Theia se mezcló en el manto superior, mientras que el manto inferior permaneció más sólido y compuesto en su mayoría por material terrestre. Se cree que esta estratificación aún persiste, según datos sísmicos.

Se calcula que alrededor del 2% al 3% de la masa terrestre se originó en Theia, con material en las LLVP que es más denso y rico en hierro que el manto circundante.

Este hallazgo abre oportunidades para confirmar estos datos a través de futuras misiones lunares que compararán rocas del manto lunar con las del manto terrestre. Además, esta investigación tiene implicaciones más amplias para comprender el Sistema Solar, la habitabilidad en otros planetas y los procesos de formación planetaria.