Islandia se encuentra en alerta máxima ante la inminente amenaza de una erupción volcánica en la ciudad de Grindavik, ubicada cerca de la capital, Reykjavik. Los expertos advierten que la erupción podría ocurrir en cuestión de horas o días, provocando daños significativos en la zona.


Vidir Reynisson, jefe de Protección Civil y Gestión de Emergencias de Islandia, ha anunciado que el magma ha alcanzado poca profundidad, señalando así la inminencia de la erupción. La Oficina Meteorológica de Islandia (OMI) ha informado de más de 2,000 terremotos, incluyendo 1,000 ocurridos durante la noche del sábado, lo que aumenta el riesgo de actividad volcánica.

En respuesta a esta situación crítica, Islandia ha declarado el estado de emergencia. Como medida preventiva, la famosa Laguna Azul, reconocida por sus spas geotérmicos y hoteles de lujo cerca de Grindavik, ha sido cerrada. Las autoridades han citado la intensa actividad sísmica en Sundhnjukagigar, al norte de Grindavik, como la razón principal para esta declaración de emergencia.

La situación representa una grave amenaza para el ganado y los animales de granja en la zona de peligro designada. Además, los deslizamientos de tierra en Reykjanes han obstaculizado las operaciones de rescate, lo que ha llevado a la prohibición del tráfico humano en el área hasta nuevo aviso.

Riesgo inminente

La OMI advierte sobre la posibilidad de una erupción en los próximos días, generando preocupación en Grindavik, situada a solo 3 kilómetros al suroeste del epicentro sísmico. La ciudad, habitada por 4,000 personas, ha activado planes de evacuación ante la amenaza de una posible erupción.

Dos terremotos significativos, de magnitud 5.2 al norte de Grindavik, se sintieron hasta Reykjavik y a lo largo de la costa sur de Islandia, ocasionando daños generalizados que llevaron al cierre de una carretera clave hacia Grindavik.

Desde finales de octubre, la península de Reykjanes ha experimentado la alarmante cifra de 24,000 temblores. La OMI ha detectado una acumulación de magma a una profundidad de aproximadamente 5 kilómetros. Si este magma llega a la superficie, podría provocar una erupción volcánica.

Según la OMI, es más probable que el ascenso del magma tarde varios días en vez de horas, sin embargo, la posible zona de impacto se mantiene bajo estrecha vigilancia. A pesar de que la zona sísmica más activa no está apuntando directamente hacia Grindavik, se han tomado medidas preventivas.

Estragos

La península de Reykjanes ha presenciado tres erupciones desde 2021, tras siglos de inactividad. Estas erupciones tuvieron lugar en áreas remotas y no representan una amenaza para la infraestructura crítica o las zonas pobladas.

Además, la planta geotérmica de Svartsengi, que suministra electricidad y agua a 30.000 residentes en la península de Reykjanes, ha implementado planes de contingencia para proteger la instalación y su fuerza laboral.

Islandia, conocida como la «Tierra del Fuego y el Hielo», cuenta con 33 sistemas volcánicos activos, la cifra más alta en el continente europeo. La situación actual subraya la naturaleza volátil de esta región geológicamente activa. Como se ha comentado anteriormente, no se requiere una megaerupción para desencadenar una catástrofe global.

Impacto potencial

Una erupción volcánica en Grindavik podría tener un impacto significativo en la región. La ciudad es un importante centro turístico, con una población de 4,000 personas. También es un importante centro geotérmico, con una planta geotérmica que suministra electricidad y agua a 30.000 residentes en la península de Reykjanes.

Una erupción podría causar daños significativos a la infraestructura, incluyendo edificios, carreteras y líneas eléctricas. También podría provocar la contaminación del aire y el agua, lo que podría representar un riesgo para la salud pública.

Las autoridades islandesas están trabajando para minimizar el impacto potencial de una erupción. Han activado planes de emergencia y están evacuando a las personas que viven en la zona de peligro.