Una revisión de 17 estudios publicados durante los últimos 44 años, en 11 países, incluidos Estados Unidos y el Reino Unido, sugiere que el misterioso vínculo entre tener gatos y la esquizofrenia es real.


El análisis, publicado en la revista The Lancet Psychiatry, encontró que las personas que tenían gatos como mascotas tenían aproximadamente el doble de probabilidades de desarrollar trastornos relacionados con la esquizofrenia que las personas que no tenían gatos.

Los investigadores detrás de la publicación creen que la exposición a un parásito llamado Toxoplasma gondii, que se encuentra en las heces de los gatos, puede ser la causa de esta asociación.

T. gondii es un parásito que puede transmitirse a través de la carne poco cocida, el agua contaminada o el contacto con las heces de un gato infectado. Se estima que alrededor de 40 millones de personas en los Estados Unidos pueden estar infectadas con este parásito.

Los estudios anteriores sobre la relación entre los gatos y la esquizofrenia han arrojado resultados mixtos. Sin embargo, este nuevo estudio, que es el más grande y exhaustivo hasta la fecha, proporciona evidencia más sólida de una asociación potencial.

Es importante tener en cuenta que este estudio no puede probar causa y efecto. Es posible que haya otros factores que expliquen la asociación, como la genética o el entorno social.

Los investigadores coinciden en que se necesita más investigación para comprender mejor la relación entre los gatos y la esquizofrenia.